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Eduardo Romero, de Tall Ship en Tall Ship


Eduardo José Romero Martín es un valenciano que comenzó su relación con los veleros clásicos con tan sólo 16 años. Desde entonces, ha estado vinculado a ellos habiéndose licenciado como oficial en la Enkuizer Zeevart School "EZS" de Holanda (Escuela de oficiales y capitanes para buques a vela profesionales) y habiendo embarcado en más de una decena de barcos.

"Empecé como aprendiz y mozo de cubierta y ahora soy primer oficial"

¿Por qué decidiste embarcarte?

En 2012 la situación en España no era la mejor y un antiguo jefe me dio la oportunidad para irme a Países Bajos a trabajar con veleros clásicos.

¿Cómo descubriste el mundo de los Tall Ships?

Gracias al jefe del catering en el que trabajaba en aquel entonces. Él había sido cocinero en la goleta holandesa Oosterschelde y cuando fui a visitarle a Holanda me presentó a su capitán, que me dio la oportunidad de entrar en este mundo, y ya llevo 8 años trabajando con tall ships.

¿Cuánto tiempo estuviste embarcado?

No te puedo decir un número exacto de horas, pero según mis libretas marítimas llevo navegado 1153 días de mar, a bordo del Oosterschelde, el Stad Amsterdam, el Gulden Leeuw y el Chronos, entre otros. ¿Qué ciudades visitaste?

Uff hahahaha, ¡un montón!. Piensa que en estos barcos nunca paras quieto, pero más de 50 ciudades sin ninguna duda. He estado a bordo de un tall ship en Inglaterra, Irlanda, Portugal, España, Francia, Italia, Alemania, Dinamarca... y países mas exóticos como Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda o Estados Unidos.


Se me hace muy difícil escoger algún sitio en particular, pero me quedo con toda la zona del Caribe. Tuve la suerte de estar tres meses navegando allí, y aquello es otro mundo.

¿A qué te dedicaste a bordo?

Esto depende. Comencé muy pronto y he pasado por todos los escalafones que hay. Empecé como aprendiz y mozo de cubierta, después marinero (Ordinary Seaman), y seguí ascendiendo a AB (Able Body Seaman/Marinero de puente), contramaestre y, finalmente, a segundo y primer oficial tras haber terminado la escuela de oficiales. Cada nivel tiene sus funciones, además de que cada barco es un mundo distinto.

¿Qué hacías en tu tiempo libre?

Pues depende del barco. En algunos tienes más opciones y más espacio que en otros, pero lo normal: leer, ver series o charlar con el pasaje, aunque es verdad que de joven hacía demasiado el tonto por el barco. Cuando trabajas como tripulación intentas dormir lo máximo posible, si no la energía se te va por los poros durante las guardias nocturnas. Son especialmente cansados los tall ships. Aparte del esfuerzo físico constante, tienes trainees o pasajeros de los cuales tienes que estar siempre atento y es muy agotador, aunque hay que reconocer que es un trabajo muy reconfortante.

¿Alguna anécdota a bordo?

Pues mil, aquí podríamos estar horas, pero una muy graciosa fue en Brest a bordo del Gulden Leeuw. Esa temporada coincidimos mucho con el Wylde Swan y casi siempre estábamos abarloados. En Kiel tuvieron la gran idea de llenarnos las cuadras de arroz, las cuales acabaron limpiando por orden de su capitán y como venganza, durante una noche en Brest, les subimos un colchón con las siglas "G L" (de Gulden Leeuw) a lo alto de su aparejo. Aquello fue todo el espectáculo porque incluso su primer oficial se despertó de madrugada y no nos vio encaramados a su palo. Ver a la mañana siguiente a la tripulación del Wylde Swan sin saber lo que tenían colgado de sus vergas no tuvo precio.

¿Recomendarías la experiencia de navegar?

Aquí hay que separar en varios grupos: - A aquellos que quieran pasar unos días como una "aventura" les recomiendo que se embarquen en las Tall Ship Races como Trainees. - Los que quieran pasar un tiempo "sabático", que se lo tomen igual de en serio que la tripulación, aunque sean tomados como voluntarios. - Y a los que realmente se quieren embarcar como tripulación, les recomiendo paciencia, constancia y esfuerzo. Nunca hay que rendirse delante de un NO, hay que seguir buscando oportunidades y cuando tengas una, esforzarte lo máximo posible para aprovecharla y mejorar día a día. En el mundo de los tall ships todo se basa en los contactos y en el llamado "boca a boca". Los grandes eventos son claves para el networking y son una oportunidad perfecta para analizar el resto de barcos, sus tripulaciones y conocer a gente nueva con la que puede que acabes trabajando en un futuro.

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